Rafel Solé Pubill, fundador de Cellers Tarroné, junto a su esposa Concepción Albesa Giné. Pese a las dificultades de la época, asientan con mucho trabajo los cimientos del proyecto familiar y enológico que llega a nuestros días. El año 1989 la bodega entra a formar parte de la DO Terra Alta. Josep Solé Albesa decide dar un giro a la bodega y emprender el proyecto de embotellar el primer vino (Mas Tarroné) que verá la luz meses después de su muerte en el año 1993. Mercè Llop Galcerà, madre de sus tres hijas Mercè, Imma y Montse Solé Llop, hace realidad su proyecto. Nace el vino Torremadrina, el primero de crianza de la bodega, que nace de la finca que lleva el mismo nombre. Corría el año 2000 en que se adquieren nuevas fincas que permitirán a la bodega ganar en autonomía y disponer de distintos viñedos para seleccionar la uva en función de cada estilo de vino y elaboración. En 2004 se hace una remodelación profunda de la bodega y adquisición de nueva maquinaria para afrontar los retos del futuro. La calidad exige una apuesta por la modernización en infraestructuras y procesos. En 2014 nace la nueva gamma de vinos Punt i… Seguit y A part. Empieza la apuesta por un nuevo concepto de vino y una imagen más moderna que representa a la cuarta generación de Cellers Tarroné. Dicha generación también apuesta para hacer una nueva remodelación y asume el reto con el servicio de enoturismo, creciente en la comarca.
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