Llegados al mes de agosto y ya habiendo comenzado la campaña de la vendimia en Cataluña (en los viñedos de Raimat de Codorniu empezaron a vendimiar el Chardonnay el pasado jueves 31 de julio) en la Terra Alta, los viñedos afrontan las últimas semanas antes de darnos sus frutos en estado óptimo. Después del grave problema generalizado de cuajado de las Garnachas en la pasada campaña, esta campaña se prevé generosa. Es probable que el inicio de la vendimia en la Terra Alta sea entre la última semana de agosto y la primera de septiembre. Estas últimas semanas después del envero acabarán determinando la calidad de la añada.
Las uvas maduran según pauta la climatología: garbí, cierzo, temperatura, amplitud térmica, radiación solar, estrés hídrico. Estos son los conceptos que protagonizan el proceso de maduración e impregnan del carácter propio de la Terra Alta en cada grano de uva. Además, estas semanas de agosto condicionarán ya el inicio de la próxima campaña. Los viñedos, que ya han parado el crecimiento vegetativo y concentran la energía en la maduración, almacenan reservas energéticas para la brotación de la próxima primavera, este proceso se denomina precisamente agostamiento.
Por lo tanto, agosto es un mes importante que culmina todo el trabajo de una campaña y ya prepara la siguiente. Es un mes de observación y control, de pocas intervenciones, un mes para dejar que la naturaleza, sigilosamente, termine de definir nuestros vinos.