ViOrigen se adhiere a “Cataluña 2016 Región Europea de la Gastronomía y el Enoturismo”
21 mayo, 2019El enoturismo en la Terra Alta durante Semana Santa
21 mayo, 2019El pasado mes de noviembre, Josep Vicens (Bodega Josep Vicens) y Jordi Navarro (ViOrigen) realizamos un viaje por algunas de las regiones vitivinícolas de Chile. En concreto, estuvimos visitando varias bodegas en la V Región de Valparaíso, VI Región del Libertador Bernardo O’Higgins y en la VII Región del Maule.
La ruta transcurre de norte a sur, siendo el Valle de Casablanca, ubicado en la V Región de Valparaíso la primera parada. Esta zona vitivinícola está formada por diversos valles donde los viñedos ocupan una superficie de más de 6.000 ha. Debido a la influencia de las corrientes marítimas frías se beneficia de temperaturas más frías y nieblas matinales un gran número de días del año y, por tanto, los viñedos reciben una menor insolación. Estas características climáticas hacen que las variedades mejor adaptadas sean el Chardonnay, Sauvignon Blanc y Pinot Noir.
La primera bodega visitada en el Valle de Casablanca fue Bodegas RE donde tuvimos el privilegio de ser atendidos por el enólogo y propietario de la bodega Pablo Morandé (junior); hijo del conocido enólogo chileno con el mismo nombre, pionero en la vinificación en la región de Casablanca. El Pablo nos mostró las instalaciones y pudimos degustar conjuntamente 10 vinos diferentes. Mientras comentaba los vinos nos iba explicando también la filosofía de este nuevo proyecto RE, lo que nos ayudaba a contextualizar los diferentes vinos. REinventar, REdescubrir, REpensar la manera de hacer. Como un proyecto rompedor en la zona, Pablo se desliga de la forma tradicionalmente afrancesada de hacer vinos en la zona y apuesta por dejarse llevar por aquello en lo que cree. De esta manera apuesta por las co-fermentaciones que le permiten crear vinos como sus Pinnotel (Pinot Noir + Moscatel) Chardonnoir (Chardonnay + Pinot Noir), Cabernnang (Cabernet + Carignan), Syranoir (Syrah + Pinot Noir). Todos vinos con personalidad propia que no dejan indiferente.
La segunda parada en el Valle de Casablanca fue en Viña Casas del Bosque, situado también a pocos metros de la localidad de Casablanca. Nos recibió Luis Vásquez, jefe de turismo, que nos mostró la bodega sobre una plataforma de madera situada entre las viñas y que nos permitía divisar las diferentes parcelas que rodean la bodega. Las variedades más presentes son el Sauvignon Blanc y el Pinot Noir, aunque también elaboran vinos de otras variedades tintas que traen desde fincas situadas más al sur. Las instalaciones destinadas al enoturismo destacan por su importancia, disposición, diversidad y calidad; precisamente esta bodega fue distinguida como la mejor bodega para visitar en Chile el año 2010, entre otros reconocimientos a su calidad enoturísitca, encontramos un parque infantil entre los viñedos, al borde de una zona destinada al descanso, con hamacas y sofás. También, encontramos un gran restaurante, una gran sala de degustaciones, una tienda muy bien diseñada y otras salas privadas de cata. Después de la visita en las instalaciones de elaboración, Luis nos hizo pasar a una sala de cata donde degustamos y comentamos varios vinos. Destacar un excelente Sauvignon Blanc Gran Reserva muy intenso y expresivo, fruto de una maceración de 7 días entre 0-1ºC.
Después de las visitas al Valle de Casablanca, pasamos 3 días intensos de ocio y turismo en Valparaíso, una magnífica ciudad costera de visita obligada. Siguiendo con la ruta vinícola, salimos de Valparaíso hacia el sur y a través del Camino de la Frutallegamos al Valle de Colchagua (VI Región del Libertador Bernardo O’Higgins). Allí, nos alojamos en la ciudad de Santa Cruz, centro neurálgico de la industria vitivinícola de la zona. El Valle de Colchagua se encuentra a unos 150 km al sur de Santiago de Chile y transcurre de este a oeste desde los Andes hasta el océano Pacífico con diversos tipos de suelos y microclimas concretos; en general, pero, las variedades que más se encuentran son el Cabernet Sauvignon,Merlot, Syrah, Malbec y Carménère, esta última hoy en día típicamente chilena fue redescubierta en Chile en 1994, después de haber estado más de 140 años confundida con el Merlot.
A pocos kilómetros de la ciudad visitamos la bodega Viña Santa Cruz. Al llegar, nos impresionaron los jardines llenos de flores de colores entre las viñas que en plena primavera pintaban de verde las colinas alrededor de las instalaciones de la bodega: restaurante, tienda y la propia bodega. Antes de la propia visita de la bodega, subimos en teleférico hasta arriba de uno de los cerros de la finca para visitar tres recreaciones de poblados de culturas antiguas chilenas: los Mapuche, los Aymara y la cultura Rapa Nui. A parte de este magnífico museo al aire libre, en el mismo cerro, la bodega dispone de un observatorio llamado Cerro Chamán donde se realizan actividades de turismo astronómico. Al bajar, nos esperaba uno de los guías, Christian, que nos mostró todas las instalaciones y nos condujo finalmente a la sala de crianza subterránea donde pudimos probar 3 de sus vinos. A destacar el Chamán Malbec Gran Reserva 2013 que encontramos en un punto óptimo de consumo.
La siguiente bodega que visitamos en Colchagua es Viu Manent, una de las bodegas históricas de Chile, que también nos impresionó a primera vista por todas sus instalaciones (hípica, restaurante, bar, salas de cata, terraza, jardín de variedades…). Nos recibió muy amablemente el Freddy Grez, jefe de turismo de la bodega. Primero, nos hizo una pequeña introducción a una sala-museo anexa a la recepción. Entonces, al salir nos esperaba un carruaje con dos caballos con el que vimos pasear por los viñedos mientras Freddy nos iba explicando las peculiaridades del manejo del campo. Hicimos parada en la zona de elaboración para probar un Syrah justo antes de embotellar. Allí nos explicó las diversas propuestas enoturísticas de las que disponen: tours regulares, tours privados, la experiencia “enólogo por un día”, la vendimia…). Finalmente, pasamos a una magnífica sala de cata donde degustamos 5 vinos excelentes. A destacar: Carménère Gran Reserva 2013, El Olivar Alto (Syrah) y el Viu 1 2011 (Ícono: Malbec).
Siguiendo con el descubrimiento de las excelentes bodegas del Valle de Colchagua, visitamos Lapostolle, en concreto la bodega Clos Apalta, una bodega exclusiva donde únicamente se elabora el vino Clos Apalta de Lapostolle. Nos gustó mucho el entorno de la bodega, para llegar pasamos por un camino adornado con flores de colores que cruza grandes extensiones de viñedo. Sobre una pequeña colina encontramos la entrada de la bodega que se encuentra incrustado en el mismo cerro. La bodega son 6 plantas excavadas en la roca, todo dimensionado de tal forma que permite realizar todo el trabajo con la fuerza de la gravedad. La primera planta se dedica a la recepción y derrapado de la uva, el derrapado es grano a grano de forma totalmente manual. Los granos se envían a la planta -1 donde se encuentran las tinas de roble donde se realiza la fermentación. En la planta -2 y -3 están las barricas donde se hace el primer y segundo año de crianza. En la planta -4 se encuentra el vino embotellado y la -5 se realiza el etiquetado y expedición. Alta tecnología al servicio de la calidad y una extrema selección de los mejores granos para conseguir un producto excelente, muy exclusivo, Clos Apalta 2011, que pudimos degustar de la mano de Diego Urra.
La última bodega que visitamos en Colchagua fue Viña Montes, otro de los referentes de la zona. Una gran experiencia con agricultura biodinámica y un trato muy cuidadoso del fruto en la bodega hacen que esta bodega elabore grandes vinos reconocidos en todo el mundo. Las instalaciones exteriores (zona picnic, jardines, restaurante, bar, terraza) e interiores (salas de cata, sala de crianza, tienda y zona de elaboración) son por sí mismas una atracción turística. Terminamos la visita con una cata de 5 vinos. A destacar el Montes Alpha M-2011 (Ícono: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot y Petit Verdot), Montes Folly 2012 (Ícono: Syrah) y un magnífico Purple Angel 2013 (Ícono: Carménère y Petit Verdot).
La última parada de esta ruta vinícola chilena fue la VII Región del Maule, en concreto en el Valle de Curicó una zona con 20.000 ha de viñedos. A pesar de encontrarse a pocos kilómetros de Colchagua, esta zona más industrializada presenta diferencias muy importantes en cuanto a la producción de vinos y derivados. Entre las 35 variedades diferentes que podemos encontrar destacan dos de forma significativa: Sauvignon Blanc (4700 ha) y Cabernet Sauvignon (5400 ha).
En esta zona visitamos Viña Echeverría, una bodega con más de 130 años de historia en el Valle de Curicó que conserva una gran cantidad de viñas viejas y se caracteriza por la elaboración de vinos espumosos de calidad así como de otros vinos excelentes . La visita nos la hace Víctor, uno de los dos enólogos de la bodega que vino de Valencia cuatro años atrás. Primero nos muestra los viñedos de los alrededores de la bodega, entonces, en las zonas de elaboración nos enseña los tanques a presión que utilizan para la elaboración de los espumosos por técnicos Charmat. Nos sorprende el hecho de que exportan el 90% de la producción a un gran número de países. Esto condiciona muchísimo la logística de expedición de la bodega y lo podemos ver en las salas donde se guardan los vinos embotellados con todo tipo de formatos, tipos de botellas y cierres; y la zona de etiquetado donde encontramos muchos tipos de etiquetas de formatos e idiomas muy diversos. Terminamos la visita con una cata de su espumosoMoscato frizzante 2013.
En resumen, este viaje por algunas de las principales zonas de producción vinícola de Chile ha significado una grandísima oportunidad para conocer la manera de trabajar en el campo, la manera de hacer las bodegas, la calidad de los vinos y en especial, la oferta enoturística. Este último aspecto ha sido el más sorprendente, hemos encontrado una industria enoturística muy potente con una importante oferta de calidad y muy variada: museos entre viñedos, zonas de picnic, parques infantiles, restaurantes de calidad, salas de cata, teleféricos, paseos en caballos, actividades muy diversas… toda una infraestructura bien desarrollada que funciona por sí misma, como un punto de atracción turística muy importante en la zona central de Chile.