Las variedades de Terra Alta (IV): Garnacha Tinta
21 mayo, 2019Las variedades de Terra Alta (II): El Morenillo
21 mayo, 2019Nos remontamos al año 1647 para encontrar el primer documento escrito sobre la Garnacha Blanca que escribió mosén Onofre Català; y que fue recogido en el libro “Notes d’Història de Gandesa” (1962). En este texto, cita de forma clara que “se ha plantado vernatxa en una de las fincas pertenecientes a la parroquia de Gandesa”. A lo largo del arco Mediterráneo, varios autores nombran con anterioridad en sus obras literarias, la vernaccia (italiano), vernassa (valenciano) o vernaixa (catalán); como por ejemplo, el autor catalán Eiximenis en su obra “Lo Crestià” del 1385; no obstante, aunque no se sabe del cierto si hacen referencia a la misma variedad, definen estos vinos como vinos blancos secos y licorosos.
Hoy en día, Garnacha Blanca y Terra Alta, forman un binomio inseparable que ha situado esta Denominación de Origen en los mercados nacionales e internacionales, por varios factores que enumeramos a continuación. La Garnacha Blanca representa el 22% de la superficie de producción de la DO Terra Alta con unas 1400ha plantadas; esto significa el 90% de la producción en Catalunya, el 75% del estado español y se calcula que un tercio de la producción mundial se centra en dicha comarca.
Un hecho importante que explica la buena adaptación de la Garnacha Blanca en Terra Alta es la climatología, de mediterráneo interior con influencias continentales, abundante insolación, escasez de lluvia e inviernos fríos. Destacan dos particularidades, por una parte el equilibrio entre los dos vientos dominantes en la zona, el Cierzo (viento seco de componente noroeste que actúa como un fitosanitario natural) y la “Garbinada” (marinadas de componente sur que mantienen las temperaturas moderadas durante las tardes de verano); y por otra, los veranos con variación térmica muy acusada entre el día y la noche. Estos aspectos climáticos no son ningún problema para la rusticidad de la Garnacha Blanca, al contrario, hacen que las plantas se adapten sin problemas y tengan una excelente maduración de las uvas.
Los rasgos característicos de la Garnacha Blanca en campo son:
Planta vigorosa y de producción mediana.
Muy resistente a la sequía, al calor y se adapta a terrenos poco fértiles y pedregosos.
Muy resistente al viento.
Sensible al exceso de humedad y encharcamiento.
Sensible al deficiente cuajado de las flores.
Uva mediana, grano pequeño-mediano y de piel fina.
Sensible al gusano de la uva.
Poco sensible al oidio y ácaros.
En cambio, en la bodega:
Sensible a la oxidación.
Produce vinos alcohólicos.
Tiene una acidez media-baja (aumenta en climas fríos).
Apta para la crianza por buena evolución.
Color amarillo dorado o paja, según el tipo de vinificación.
Aromas de intensidad media, notas florales, afrutadas y herbáceas.
En boca tiene una persistencia mediana y cuerpo.
En resumen, se trata de una variedad rústica en el campo y muy delicada en el momento de la vinificación. En copa, es una variedad que no destaca por su intensidad olfativa, pero si por su paso por boca, intenso, estructurado y complejo, además de tener una buena aptitud para la crianza.
La Denominación de Origen Terra Alta, identifica con un sello de calidad las botellas elaboradas con un cien por cien de Garnacha Blanca y que superen los ochenta puntos sobre cien de puntuación en el panel de cata.
Otras variedades de Terra Alta: