La Bodega Celler Cooperatiu Gandesa cumple cien años de historia, de vinos y esfuerzo compartido, sobreviviendo a crisis tan crudas como la Batalla del Ebro y la postguerra.
Actualmente, se considera una de las Siete Maravillas de Cataluña y Bién Cultural de Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya, es una joya del modernismo catalán, que fue encargado por 48 socios fundadores al arquitecto Cèsar Martinell, discípulo de Antoni Gaudi y Puig i Cadafalch. Colaboraron con la construcción el Banc de Valls que concedió el préstamo, el enólogo Isidre Campllonch y el ceramista Xavier Nogués quién incluyó unas ceramicas artísticas que fueron destruidas durante la Batalla del Ebro. También recibió por aquél entonces el apoyo de la Mancomunitat de Catalunya.
Cien años se dice muy deprisa, a veces quizá sin parar a pensar con todo lo que hay detrás, tantos años de historia permiten explicar muchas anecdotas; como que el vino de la primera cosecha se hizo agrio, el Vermouth que se comenzó a elaborar en 1932 y que durante la postguerra se vendió la patente a Cinzano por tal de obtener ingresos, el nacimiento de la Denominación de Origen Terra Alta, el impulso de la Festa del Vi de Gandesa, el posicionamiento de los vinos de Terra Alta y especialmente de la Garnacha Blanca en el mercado internacional, y más recientemente, la elaboración por parte de la bodega centenaria de una gama de vinos superiores como el Puresa, la participación en el concurso internacional de las Garnachas del Mundo y el reconocimiento de la variedad Morenillo; por lo tanto, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que esta historia ha sido, es y será una historia de superación, vinculada a Gandesa y la Terra Alta.
En cualquier caso, desde ViOrigen ¡felicitamos el Celler Cooperatiu Gandesa y todos sus soci@s